jueves, 19 de septiembre de 2013

AGUAS LENTAS, TRUCHAS DIFÍCILES

Como cada temporada acudí a la cita que tengo con los ríos de León, esta vez fue el mismo río con dos escenarios distintos. Ir a León a pescar significa tener buenas expectativas en cuanto al número de capturas, pero ya se sabe, vísperas de mucho, fiestas de nada. Esta vez tocó un río bastante mermado de caudal y truchas muy recelosas. Vamos que hubo que esmerarse para sacarle algo al río.
Aguas lentas, un constante las dos jornadas.
 Dos jornadas que dieron para utilizar distintas técnicas y probar algunos perdigones nuevos. La primera jornada por la mañana el muelle dió sus frutos a primera hora en las tablas. Antes de comer se movieron arriba la peques y a alguna se pudo engañar.
A primera hora de la mañana se movieron las pequeñas.

Con aguas más movidas el muelle también funcionó bien.
Después de la pitanza la cosa se puso dura con escasas capturas, no fue hasta el sereno cuando las truchas entraron en actividad. Unas cuantas truchas comiendo arriba en un remanso me sirvieron de reto hasta la hora de retirarse. Hubo que afinar con los bajos y con el tamaño de las moscas pero al final el remanso fue dando capturas.
Sereno, bajos finos y moscas pequeñas fueron la combinación más divertida.


La mañana de la segunda jornada fue realmente agotadora. Mucho lance, cebas esporádicas sin continuidad, muchos cambios de técnica (muelle, seca, ninfa al hilo y tándem) para sacar tres truchas, una utilizando el muelle, otra al hilo y la última a seca. Comida con los compañeros y por la tarde vuelta a al río. Si la mañana fue dura la tarde lo fue aún más, el viento de cara dificultaba el lance y la ausencia total de actividad eran realmente desesperantes. Al final de la tarde y viendo el panorama me decidí a poner un par de perdigones y pescar cortito. Finalmente pude engañar a algunas truchas y no finalizar el  periplo leonés con mal sabor de boca.
La insistencia en la segunda jornada dio algunos frutos.

En definitiva, un par de jornadas con buenas expectativas que la realidad se encargo de desinflar. Aún así hubo buenos momentos y volver a León seguirá siendo cita obligada cada temporada.    

4 comentarios:

  1. No hay que desesperar Sergio otro dia saldran mas y mejores sigue asi compañero

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    1. Momentos desesperantes si que hubo, mucho esfuerzo para poca recompensa. No todos los días son fiesta Pichi, ya llegaran jornadas mejores.

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  2. Hombre Sergio en esos escenarios y sobre todo con ese agua, tienes que ser muy fino si quieres consegir algo, facil que ahí me hubiera ido bolo o casi. pero otro día se darán mejor seguro, venga un saludo.

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  3. Hombre irse bolo es difícil Miguel, las hay y muchas. Otra cosa es que las condiciones no fueran las ideales y a estas alturas las truchas ya están muy resabiadas. Pero son oportunidades que no se pueden dejar escapar porque te ayudan a sacar muchas conclusiones.

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